Información completa de la obra: Frontis en papel

p. 3. La figura que contrasta admirablemente con el retrato femenil que va presentado, es una persona larga, seca y encanutada, que aunque pofr tradición se le echan sesenta navidades, cualquier desapasionado le arrimará algunos lustros de añadidura, bien se le mire de perfil ó bien se le encare frente á frente. Jamas lleva acompañante alguno, ni se le conoce amigo viviente, lo que en uno con el elogio que dias atrás escribió sobre la Soledad, hizo que la tertulia le llamase el Solitario, cuyo apodo al fin concluyó por adoptar el mismo y ya el Público tiene algunas nuevas suyas. Su gusto literario es tal, que muy pocos libros transpirenaicos hallan gracia ante sus ojos, mas en trueque siempre está cercado de infolios y legajos empolvados á la española antigua, y para cuya caza trastea y escudriña los trevejos de las librerías y baratillos. Es celosísimo del habla castellana y no puede sufrirla mal acompañada de galicismos, ni manchada con suciedades de tal jaez. Es muy entendido en el arte de farsar y muy bien sirvieran sus lecciones de cartilla á los farsantes, sino fuera por la extremada indulgencia que en ellos emplea, vapuleándolos con copos de algodón cuando debiera blandir disciplinas de disciplinantes.